En los últimos años, cuando un visitante se informa o abre una guía de la ciudad de Valencia no tarda en encontrar la reseña de ‘la capilla sixtina valenciana’ que le abre los ojos y le conduce, no sin motivo, a visitar la conmovedora iglesia de San Nicolás. Cabe preguntarse si fenómenos como éste, interceden en la manera de rehabilitar un edificio, o quizá de forma más evidente, en cómo se percibe nuestro patrimonio. La recuperación de los grandes edificios históricos, sobre todo de las sedes de instituciones públicas se llevó a cabo hace algunas décadas, y ahora los proyectos de rehabilitación en marcha acometen otros edificios que amplían el imaginario y la memoria colectiva de nuestro pasado. Otra ‘capilla sixtina valenciana’ está en proyecto, y no es que se quiera banalizar el concepto, sino que se intuye que las próximas visitas a la iglesia de los Santos Juanes se convertirán de nuevo en un fenómeno turístico. Lo destacable es la gran labor de profesionales como Carlos Campos o Pilar Roig, entre otros, al frente de la recuperación de éste gran espacio barroco, donde G. Bertesi y A. Aliprandi trajeron en el s. XVII el innovador estilo escultórico y ornamental del barroco italiano y A. Palomino se encargó de pintar al fresco las enormes bóvedas, como lo había hecho en San Nicolás o en la Basílica de la Virgen. Quizá resulte paradójico que esta gran transformación obedeciera en su momento a una radical intervención sobre la magnífica estructura gótica anterior, que ahora queda oculta. Se trata de recuperar el conjunto con labores de restauración escultórica y de reposición de gran parte de las pinturas perdidas a través de un complejo proceso de transferencia digital de imágenes y una innovadora propuesta de video mapping para la cabecera.
De igual manera, cabe reconocer el mecenazgo que hay que hay detrás de estas importantes restauraciones de patrimonio. Y es que la Fundación Hortensia Herrero, acumula ya una importante labor en la recuperación del patrimonio valenciano. Antes de promover los templos de San Nicolás y los Santos Juanes, hubo otros proyectos como el Palacio de la Seda, y además hay otros en marcha, como el flamante centro de arte contemporáneo que se encuentra en la fase final de las obras (apertura prevista para noviembre de 2023) con la transformación y ampliación del Palacio de Valeriola como sede. Con el estudio ERRE al frente del proyecto y de las obras, se ha recuperado un edificio del s. XVII, con algunos elementos reconstruidos, transformados o diseñados de nuevo, y un criterio de intervención con soluciones proyectuales complejas. El nuevo museo dispondrá además de una interesante ventana arqueológica que permitirá ver parte del circo romano de la ciudad, varios metros por debajo del nivel de suelo actual.
Y del barroco valenciano del XVII pasamos al siglo XVIII, donde dos monumentales edificios también se encuentran actualmente en proceso de rehabilitación. Dos edificios a los que a pesar de la conexión directa de sus artífices, el tiempo ha tratado de manera muy distinta, y así se ve reflejado en el planteamiento de su intervención. Hablamos por un lado del Palacio de Justicia, un impresionante edificio exento concebido como Aduana Real, proyectado por Felipe Rubio y ejecutado por Antonio Gilabert y Juan B. Mínguez, que constituyó el modelo de palacio clásico en Valencia (sin serlo). En 1914 sufrió una gran intervención al convertirse en Palacio de Justicia, con algunas transformaciones importantes como la sustitución de la escalera principal. Las obras de rehabilitación que están en marcha las dirige el equipo técnico de la empresa pública Tragsa, con el difícil reto de recuperar la estructura original del edificio eliminando elementos anómalos, y a la vez proporcionar una compartimentación del espacio interior suficiente para albergar una gran cantidad de oficinas y salas para su uso administrativo e institucional.
Si el edificio de la Aduna fue terminado alrededor de 1762, en 1768 Antonio Gilabert ya se encontraba al frente de las obras del gran ‘panteón valenciano’, el templo de las Escuelas Pías. Fue una de las grandes empresas arquitectónicas impulsadas por el arzobispo Andrés Mayoral, que había reunido propuestas de varios arquitectos de la época y cuyas obras se iniciaron unos años antes por parte de José Puchol. Gilabert fue el encargado de componer el interior de esta rotonda clásica y de cubrirla con una gran cúpula de 24 metros de diámetro, la de mayor tamaño del panorama valenciano y por aquel entonces de todo en territorio español, solo superada posteriormente por la de San Francisco el Grande de Madrid. Una única hoja de fábrica de ladrillo cubre este impresionante y solemne espacio, erigiédonse la cúpula en el perfil de la ciudad como colofón a la original tradición de las cúpulas valencianas de teja azul. La estructura del templo no se ha rehabilitado desde su construcción, y casi desde entonces se tiene constancia de las destacables fisuras que atraviesan su superficie y que efectivamente hay que tratar. Tras los destacables estudios históricos de Joaquín Bérchez y constructivos de Rafael Soler, recientemente se ha iniciado la primera fase de su rehabilitación a cargo de Luis Cortés que acometerá la intervención de la
cúpula desde el exterior. Le sucederán otras cuatro fases que se harán cargo de la cúpula desde el interior, la iglesia, la fachada y el campanario, y el pavimento
cúpula desde el exterior. Le sucederán otras cuatro fases que se harán cargo de la cúpula desde el interior, la iglesia, la fachada y el campanario, y el pavimento
Otra importante obra que se encuentra actualmente en marcha es la del antiguo Seminario y Facultad de Teología de la calle Trinitarios, edificio del s. XIX proyectado por Timoteo Calvo. El equipo de Pablo Peñín se enfrenta a la dirección de obra de este gran complejo de más de 8.000 m2 para albergar una nueva sede de la Universidad Católica. Tras un modificado del proyecto original, se está ejecutando una exhaustiva consolidación estructural con refuerzo de muros de carga, tratamiento de forjados con estructura de madera o metálica e incluso la incorporación de tirantes como refuerzo de las bóvedas de la capilla. El proyecto es capaz de encajar los espacios docentes y administrativos de la nueva universidad en el monumental edificio clásico, preservando los principales espacios como el gran patio central o la capilla, e incluso algunos interiores con exquisitos acabados originales como el de la futura sala para claustro de profesores. De menor envergadura, pero interesante identidad, es la recuperación de la Casa dels Bous que el equipo del El Fabricante de Espheras está llevando a cabo en el Cabanyal. Se rehabilita el edificio del XIX de corral de bueyes y los solares adyacentes, como parte del Museu de la Mar, con ampliación del edificio como espacios de servicio, en un conjunto muy bien integrado.
También el patrimonio construido en el siglo XX, incluso el más reciente, está siendo objeto de intervención. Las obras en el Colegio Mayor Luis Vives, edificio racionalista que Javier Goerlich proyectó en 1935, están en marcha, dirigidas por los equipos de Tomás Llavador y Escario Arquitectos, con una importante labor de refuerzo estructural y también de tratamiento del exterior de la parcela, que albergará distintos servicios de la Universitat de València. A pocos metros se sitúa el bloque de hormigón que proyectó Moreno Barberá como Escuela de Ingenieros Técnicos Agrícolas en los años 60, y que solo se conservará en parte incorporándose al conjunto de la espectacular ampliación del Hospital Clínico que lleva a cabo AIC Equip, donde a pesar de su inevitable desvirtuación original, parece encajar con cierta armonía en el nuevo proyecto. Añadimos una breve reseña a dos importantes edificios de la década de los 80 en Valencia, que a pesar de su corta vida, también están en proceso de rehabilitación. Por un lado el Expo Hotel, que proyectó GO-DB en su última etapa, hacia 1982, como parte del conjunto comercial de Nuevo Centro, que ahora ha adquirido un grupo suizo y que gestionará la cadena hotelera Hesperia; y por otro el Palau de la Música, exquisito espacio sinfónico que García de Paredes inauguró en 1987, y que tras los desprendimientos de algunas piezas de falsos techos interiores, ha sido revisado y propuesto como proyecto de rehabilitación integral, con especial tratamiento de los cerramientos exteriores y su consecuente mejora energética.
Y volvamos al inicio, a los vestigios más antiguos de Valencia. Tras la fundación romana, la Edad Media configuró y dio forma a la ciudad, y sus edificios guardan la memoria de esta época. Cabe destacar el proyecto de puesta en valor del tramo de muralla islámica de la plaza del Ángel, que está desarrollando Julián Esteban con suma delicadeza y que conformará un nuevo espacio público con centro de interpretación. También la labor arqueológica y documental que el equipo de Paloma Berrocal ha realizado en el Palacio del Almirante, en consonancia con la remodelación de los espacios adyacentes de la Conselleria de Hacienda. Su trabajo ha permitido conocer las distintas fases de la construcción del palacio (incluida la intervención de J. Rieta en el s. XX) y además, se han consolidado unos impresionantes restos romanos e islámicos en su planta sótano, que se podrán visitar próximamente. También se ha de mencionar las intervenciones de Salvador Vila como arquitecto conservador de la Catedral de Valencia, que desde hace años han ido preservando y a la vez cambiando la configuración del templo mayor en un afán de repristinación del edificio gótico. Tras la retirada de la cubierta de teja y reconfiguración exterior de la cabecera (y con algunos problemas de filtraciones en fase de reparación), ha propuesto además la retirada del cerramiento de fachada norte que desde el s. XIX ‘oculta’ el muro exterior de las capillas góticas de la girola, encontrándose con la respuesta negativa de Conselleria.
Estos numerosos ejemplos de rehabilitación nos permiten dibujar la relación entre nuestro patrimonio y el momento actual, y pensar hasta dónde se puede llegar con el proyecto arquitectónico. Una reciente noticia apunta la impactante propuesta de reconstrucción del Palacio Real de Valencia, destruido hace dos siglos. Más que la inverosímil posibilidad de su ejecución (a pesar de algunos referentes como el Palacio Real de Berlín), resulta muy interesante pensar en los argumentos al respecto de los autores de los proyectos de rehabilitación nombrados anteriormente, y de algunos más. Interesante oportunidad.
Estos numerosos ejemplos de rehabilitación nos permiten dibujar la relación entre nuestro patrimonio y el momento actual, y pensar hasta dónde se puede llegar con el proyecto arquitectónico. Una reciente noticia apunta la impactante propuesta de reconstrucción del Palacio Real de Valencia, destruido hace dos siglos. Más que la inverosímil posibilidad de su ejecución (a pesar de algunos referentes como el Palacio Real de Berlín), resulta muy interesante pensar en los argumentos al respecto de los autores de los proyectos de rehabilitación nombrados anteriormente, y de algunos más. Interesante oportunidad.