Grandes edificios, grandes cambios

 

Es una idea ya asentada, la reconversión de grandes edificios o conjuntos urbanos. La transformación de una ciudad puede depender en parte de la creación de puntos singulares que se conviertan en focos de referencia de cultura, ocio o gastronomía, pero a lo grande.

Desde las naves industriales del Village neoyorquino que en los 60’ se convirtieron en talleres de artistas y centros de ocio, se han ido promoviendo transformaciones que han afectado al entorno urbano. Una de las que sentó referente fue la del Covent Gardenen Londres; en el área del jardín y huerto de una antigua abadía se había creado un barrio cuya plaza principal albergó un mercado de flores y verduras. La estructura se mantuvo, pero desde 1980 el espacio se transformó en un centro comercial, de ocio y cultura de obligada visita en la ciudad. Es una idea muy parecida a la del Mercado de Colónde Valencia, que en 2003 dejó de ser mercado para convertirse en un llamativo espacio de cafeterías y restaurantes, que además amplió su capacidad con una planta sótano abierta al hall principal.

La gastronomía ha sido también el motor de transformación de antiguos mercados que ahora tienen ‘paradas’ de degustación de productos delicatesen. Son muy recomendables las visitas al Mercado de San Miguelen Madrid (2009) o al de la Lonja del Barrancoen Sevilla (2014), dentro de esas bonitas estructuras del hierro de principios del s. XX.

Otro motor de estas transformaciones es el uso cultural, los espacios de arte. Un gran espacio reconvertido puede potenciar de manera innovadora la música, el teatro y las artes plásticas en una ciudad. Así se creó el Palais de Tokyoen París en 2002 y el Matadero de Madrid 2007, con un éxito reconocido dentro de sorprendentes edificios contenedores reutilizados. Valencia trasladó en parte esta idea al espacio de Las Naves, inaugurado en 2011 en el distrito del Grau. Y el último proyecto estrella de la ciudad es el espacio Bombas Gens – Centre d’Art, que en 2017 terminó una complicada obra de transformación de un antiguo edificio industrial del barrio de Marxalenes, y donde Ricard Camarena ha trasladado su espectacular restaurante.

Y ahora viene lo siguiente: la recuperación del Convento de San José y Santa Teresa, en el barrio del Carmen. Lo reconocemos por la pequeña iglesia de la Plaça del Portal Nou (donde plantan la falla de Na Jordana) que siempre vemos cerrada. El edificio fue regentado desde el s. XVI por monjas Carmelitas Descalzas, hasta que en 2007 fue abandonado. Ahora su huerto y jardín se convertirán en ‘mercado gastronómico’ y espacio cultural, y en 2020 se abrirá el resto de edificio como hotel. La iglesia estará abierta, será la entrada y el distribuidor principal de Convent Carmen. Nuevos tiempos, nuevos usos. Grandes edificios, grandes cambios.

 

Imagen fuente: https://bit.ly/2qlTveC

Artículo de El Meridiano L´horta

Jaime Alcayde. Arquitecto

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